Seguramente, la historia reflexionará sobre el estado de la civilización occidental a principios del siglo 21, con asombro y confusión. ¿Cómo --se preguntará la historia—pudo una civilización que produjo tales saltos en el conocimiento científico, una música y una poesía tan profundas, un sistema política basado en los derechos del hombre y no en los derechos de una oligarquía, cómo pudo tal civilización caer tan lejos, tan rápidamente?
El Congreso en Estados Unidos, una nación que una vez representó lo más alto de la cultura occidental, ha desechado a la razón misma. Un Presidente senil llama por la unidad, mientras que su partido declara que todos los miembros del partido de oposición que ejercieron su derechos constitucional de cuestionar el evidente fraude electoral generalizado, son culpables de insurrección, mientras que impulsan un proceso de juicio político anticonstitucional en contra de un ciudadano particular, que una vez fue Presidente, con la intención de privar de sus derechos a sus 75 millones de partidarios, declarándolo incapacitado para hacer campaña para ningún cargo público. Las personas que aplaudieron a la turba anarquista que destruyó grandes partes de ciudades estadounidenses durante todo el verano —quemando estaciones de policías y edificios federales, asesinando policías— están hablando de que una manifestación preparada de antemano contra el Capitolio de EU, repleta de agentes del FBI, que sea el equivalente de la guerra de la Confederación contra la República, o incluso la guerra de Al-Qaeda contra la civilización.
Lo que está detrás de esto es la bancarrota absoluta del sistema financiero occidental, en tanto que los banqueros que dirigen ese sistema imponen una nueva forma de dictadura fascista a las otrora naciones soberanas de la civilización occidental. De aquí en adelante, declaran los banqueros, la política económica no serán dirigidas por los representantes electos por el pueblo, sino por los mismos banqueros, en un “cambio de régimen” del sistema financiero occidental. Ya no se va a emitir crédito en proyectos que promuevan el interés nacional, para la producción de bienes y servicios que se requieren para avanzar el bienestar general, ni siquiera para aumentar la motivación económica de los empresarios, sino únicamente en conformidad con su intención de acabar con la sociedad industrial para salvar al planeta de las emisiones de carbono, con base a la mezcla de insensateces anticientíficas más absurda que hemos conocido desde la Edad de Piedra. La aristocracia maltusiana del castillo de Windsor está encantada con su plan macabro para llevar a la población del mundo a lo que ellos imaginan como la “capacidad de carga” de la Tierra, que está en el rango de un mil a 2 mil millones de personas. En el proceso, Wall Street y la City de Londres están creando una nueva “burbuja ecológica verde”, en un intento desesperado para oxigenar y mantener por unos meses más al sistema bancario en bancarrota.
¿Cómo es posible esto? Las drogas tienen algo que ver con esto. La destrucción de la cultura clásica y el advenimiento de la era de la fealdad, tiene muchísimo que ver con esto. El control total que ejercen unos satánicos sobre los medios y el sistema también ha contribuido, para hacer realidad el sueño de Bertrand Russell, de poder convencer a la gente de que la nieve es negra.
La Organización de LaRouche, y la Executive Intelligence Review (EIR) publicaran la semana próxima un documentopara exponer este nuevofascismo ecologista verde, y para proporcionar las ideas necesarias para derrotarlo. Tenemos poco tiempo; el mundo se enfrenta hoy a una crisis general de desintegración social, y al peligro extremo de una nueva guerra mundial, que en la era de las armas termonucleares, podría acabar con toda la civilización. Por otro lado, si las ideas que hicieron posible que surgiera el Renacimiento Dorado, que impulsaron el Renacimiento Confuciano de la Dinastía Song, que fomentaron las eras de Renacimiento de la cultura islámica y de la cultura india, si estas ideas poderosas pueden ponerse al frente, como sucedió luego de las anteriores eras de tinieblas, entonces el mundo puede unirse y trabajar por una era de paz por medio del desarrollo, el desarrollo de la Tierra, de nuestro sistema solar, y más allá. Las ideas de Lyndon LaRouche están hoy más vivas que durante su vida. Él dijo una vez que cuando el mundo se enfrente a una crisis de desintegración, la gente va a voltear a su alrededor en búsqueda de quienes han venido diciendo la verdad, en vez de las mentiras que nos trajeron el colapso.
No hay solución alguna para ninguna de las partes de esta crisis sin que se solucione toda la crisis global, e irónicamente, una solución como esa es hoy más accesible que nunca antes, precisamente porque el alcance de esta crisis de la humanidad está sin duda delante de nosotros. Los Presidentes de China y Rusia abordaron esa verdad en sus discursos ente el Foro de Davos la semana pasada, los cuales se van a publicar en el próximo ejemplar de la revista EIR. Helga Zepp-LaRouche abordó esa verdad en su discurso del día de Martin Luther King el pasado 18 de enero. Su discurso se publicó en la edición de EIR del 29 de enero. (Una unión más perfecta por medio de la Coincidencia de los Opuestos: https://www.youtube.com/watch?v=BHhtqM3UOjY&feature=youtu.be)
Ya es tiempo de que todos los hombres y mujeres actúen, para que dominen estas ideas profundas, por el bien del potencial inmortal de la humanidad.